miércoles, 4 de agosto de 2010

¿Que es lo correcto en el arte?

“¿Puede una obra de arte cambiar nuestra mirada?
¿Podría una obra afectar lisa y llanamente nuestra mirada?”

GERARD WAJCMAN
* Film: La sonrisa de Mona Lisa

Maestra: " ¿Es esta, una linda obra ? "
Alumnos : (silencio prolongado)
Maestra: " Vamos chicas, no hay respuestas equivocadas, tampoco hay libro diciendoles que pensar"
                "No es facil ¿verdad? . . . .
Alumnos ; (varias opiniones)
Alumna : " hay normas, tecnica, composicion, color, incluso tema.
Si insinua que un costado de vaca es arte, ....ya no digamos que sea una linda obra, ¿que vamos a aprender?
Maestra : Exactamente eso. Gracias por fijar el nuevo plan de estudios, Betty.
¿Que es arte ? ¿Que lo hace ser bueno o malo?, ¿ y quien decide?
Maestra : Por favor la siguiente toma. . . . .


Maestra : " Hace 25 años esto le parecia brillante a alguien "
Alumna : (sonriendo) Entiendo ¿ a quien ?
Maestra : A mi madre, lo pinte para su cumpleaños ( sonrisas del grupo)
Maestra : la siguiente por favor . . . . .

Maestra : " Esta es mi mamá, ¿ es arte ? "
Alumna : Es una fotografia
Maestra : Si les dijera que Ansel Adams (*1) la tomó ¿seria diferente ?
Alumna : "Arte no es arte, hasta que alguine lo dice"
Maestra : " ES ARTE "

*(1) .- Famoso fotógrafo estadounidense, nacido en San Francisco,
desarrollador del sistema de zonas (*). Conocido por sus fotografías en blanco y negro de paisajes.-

* Su sistema de zonas es una demostración de cómo la cámara o el fotómetro (o exposímetro) de la misma mide el gris medio de 18% de reflectancia como zona media. El fotógrafo debe aumentar la exposición (o disminuirla) dependiendo de cuántos pasos de gris quiera fijar como punto de medición. El fotómetro de cualquier cámara, incluso digital, siempre "quiere" ver la zona medida como un gris medio. Es uno de los problemas de quienes al sacar una foto con esta ultima generacion de camaras digitales, no le salen bien.

MOMENTO CRITICO

“No soy partidario de ninguna escuela, porque soy partidario de la verdad humana, que excluye todo grupo y todo sistema. La palabra “arte” no me gusta; contiene no sé que ideas de disposiciones necesarias, de ideal absoluto. Hacer arte. ¿No es acaso hacer algo que está fuera del hombre y de la naturaleza? Lo que yo quiero es que se haga vida; quiero que el artista sea algo vivo, que cree de nuevo, fuera de todas las escuelas, según sus propios ojos y su propio temperamento. Lo que busco ante todo en un cuadro es un hombre y no un cuadro” ÉMILE ZOLA


Echemos una mirada por diferentes momentos del film
y veamos.

Una alumna corre presurosa entre sus compañeras, es que ella es la encargada de inaugurar el año académico y de llevar a cabo el ritual establecido para ello: golpear la puerta...del saber. Tracemos desde ahora un interrogante ¿podrán estas jóvenes forjarse otras llaves, sus propias llaves y elegir finalmente qué puerta abrir? Nuevamente la invitación: observemos.
Sin duda ellas se hallan inmersas y han aprendido a moverse con astucia en el seno del discurso universitario que hace a la tradición de Wellesley. Discurso que las ha tomado como objetos de su prédica, al punto tal que hasta la queja, que respecto de esa posición se deriva, está previamente estipulada ya sea vía publicación en la editorial del “College News” a cargo de Betty Warren o en manos del comité de… mujeres.
Sí, éstas jóvenes efectivamente saben mirar bien. Les han echado el ojo a sus futuros maridos, los jóvenes promisorios de Harvard. Han mirado todo el libro de texto, incluso lo han memorizado y pueden repetirlo sin error al observar las transparencias en el aula. Pero acaso ¿algo de ello las ha tocado? He allí que se recorta la labor de esta profesora que, en el otoño de post-guerra de 1953, ha decidido enfrentarse con las mejores y más brillantes estudiantes del país y con sus redes prestas para cazar maridos.
El acto de Katherine interpela su mirada, primero con su soltería, ya en el aula las escandaliza con una obra de Soutine de 1925: “Cadáver”. Ese es su estilo. No hay libro de texto donde hallar la respuesta correcta. No hay programa prefijado diciéndoles qué pensar, surgen a consecuencia de ello, de nuestras jóvenes atónitas preguntas: “¿qué vamos a aprender?, ¿qué es el arte?, ¿quién decide?”. El nuevo programa ha sido trazado.
Una fina línea puede seguirse dentro de esa trama para el que ya sabe ver. El escenario, ahora es el adecuado para transmitir más allá del libro de arte y las transparencias. Frente a ellas una inmensa superficie cubierta de pintura: all-over . Un imponente espacio democrático, donde todos los elementos son importantes –no solo la ausente Betty Warren-, invade la sala. Una obra que expresa la individualidad y la subjetividad sin limitaciones, sin corsé y donde se observa la libertad para crear por fuera de toda escuela . Una obra-del-arte  las atraviesa, un pintor contemporáneo entra en escena: Jackson Pollock. Y allí sólo se trata de ver. Esa es la lección del día, luego pueden irse. Vida y arte se entrecruzan, acción y acto también y entre ellos la transmisión de una mirada.
Pasarán de la enseñanza-instrucción a la transmisión en acto . Allí no hay palabras, no hay ensayos, lo que se produce es una mirada, un hacer ver. La obra-del-arte en sí misma es un acto, da a ver más allá de sí misma .
Un nuevo lugar para las clases. Un nuevo artista: Van Gogh. Una obra: “Los girasoles”. Un método y un duelo. Betty y Katherine se disputan el lugar del que imparte la enseñanza: “ajustarse a lo que los demás esperan de ustedes o ser… ustedes mismas”. Una frase que las une y las separa. Si el profesor, aquél que imparte las enseñanzas, hace de ellas un collage en donde la falta no quede velada , en dónde el error no quede oculto, Katherine ha ganado la pulseada. Y es que ha dejado ver el corsé que cada uno elige usar.
Van Gogh ha intentado ajustarse el de las acuarelas por un tiempo pero, finalmente, se ha librado de él. Y es en ese instante, cuando aprende a ver, que se revela el estilo y surge el maestro. Y su obra, su causa es lo que puede transmitirnos.
Aún es posible una enseñanza más. Ahora se entrelazan la reproducción en masa de un estilo y el seguimiento a ciegas de “los papeles que les corresponden”. Ahora todos pueden ser… ¡Van Gogh! Siguiendo instrucciones establecidas, por arte de magia aparecerá un pintor. Como si el acto y el estilo pudieran venderse en caja, pudieran producirse siguiendo los números del Palette Kraft Oil painting kit. Un Van Gogh en caja, presto para su uso, una esposa a la espera del egreso.
Entonces, no sólo se trata de transmitir que el acto no puede enseñarse sino que cada uno es responsable de su saber-hacer (savoir-faire). “¿Qué es el saber-hacer? Digamos que es el arte, el artificio, lo que da al arte del que uno es capaz un valor notable, ¿notable en qué, puesto que no hay Otro del Otro para operar el juicio último?”. Sí, efectivamente ese es el punto: el acto es sin el Otro. Y Joan, aquella que en el inicio golpeaba la puerta del saber, es quien revela en su decisión un más allá de la instrucción de Wellesley. Y es que allí ha habido transmisión. “Si la obra-del-arte es hacer ver, el arte es el «inventor» de nuestro visible”.
 Si el “saber-hacer-ahí-con” (savoir y faire avec)  implica saber-ver, se recorta allí una mirada.
Entonces a la pregunta de estas jóvenes: ¿cómo nos recordará? Cada una situará la huella de la transmisión, cada una responderá, una por una, con su mirada, con sus girasoles.
Nota: Articulo de Domínguez, María Elena
Nota: Si quieres ver dicho film, comunicate a nuestro mail.-

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